Hay empresas en Colombia que, en nuestra cotidianidad, significan mucho más que simples referencias a marcas de consumo.
Detrás de estas empresas hay historias, personas, familias que hicieron grandes aportes a Colombia, no solo económicos sino, también, a la hora de sentirnos identificados con estas. Los empresarios de Colombia nos muestran, en gran parte, cómo pueden generarse afectos a las empresas cuando se unen las buenas ideas y las ganas de salir adelante.
Ramo
Ramo es una de las empresas de Colombia que nos muestra cómo una familia puede crear una empresa que sea un referente en la economía y la identidad del país. Esta empresa es reconocida como una de las más grandes cuando se habla de postres y galletas para la familia.
Empezó como un pequeño negocio familiar en el que intervenían pocas personas; ahora con más de 4.000 empleados y el reconocimiento de todo Colombia, se posiciona como una marca tradicional y admirada, no solo por lo que significa para las personas sino porque, económicamente, tiene ventas anuales que superan los cuatrocientos mil millones de pesos.
Corona
La empresa de cerámicas Corona, con más de 135 años en el mercado colombiano, es admirada no solo por su desempeño a través del tiempo, sino por su gran capacidad económica. Empezó como una pequeña fábrica de lozas antioqueña y su crecimiento durante varias décadas le permitió posicionarse como una de las multinacionales más fuertes del país.
Su proceso muestra qué tan lejos se puede llegar si se hacen productos con la mejor calidad y con el mayor compromiso con sus clientes.
Estos dos ejemplos evidencian cómo las empresas de Colombia han surgido de pequeños negocios, casi siempre familiares, hasta convertirse en grandes emporios económicos que les permiten no solo crecer como ente empresarial, sino ayudar a la construcción de una Colombia sostenible.